Entrevista a Xavier Marín, fundador y CEO deDAN*NA.
¿Qué es Dan*na?
Dan*na es la marca de la empresa Artificial Nature S.L, y significa desarrollo artificial de la naturaleza para crear naturaleza artificial. Mediante fuentes renovables desarrollamos nuevos biomateriales y bioplásticos para el sector tecnológico de la salud y la agricultura.
¿Qué hace de estos materiales?
Nuestros biomateriales sirven para proteger, reparar o mejorar todo tipo de biología. Para ello de una forma eficiente nuestra empresa trabaja con tres tecnologías integradas: la química verde para desarrollar los nuevos biomateriales, la sensórica basada sobre sensores y biosensores producidos con nuestros biomateriales, y la digitalización para obtener modelos predictivos de los datos obtenidos de nuestros dispositivos.
Sobre los biomateriales ya tenemos una patente otorgada que nos permite funcionalizar nuestro bioplástico PLAN desde su estructura molecular, lo que nos permite adaptar las sus propiedades a las necesidades del mercado. Nuestra materia prima es el ácido láctico, que puede obtenerse de fuentes vegetales o azúcares, entre otros. Sobre nuestro dispositivo actualmente estamos validando su patentabilidad.
Dónde se aplica este bioplástico ?
Hemos comprobado que nuestro bioplástico PLAN es muy potente en la relación con la biología humana, animal o vegetal y aquí es donde hemos marcado l estrategia de negocio. Este bioplástico puede tener un uso muy transversal, pero hemos priorizado al sector de la agricultura y la salud (cosmético, farmacéutico y biomédico) por su pureza y propiedades biocompatibles y absorbibles. Lo podemos producir con formato hidrogel, polvo o granulado como plástico más rígido.
Qué productos desarrollados ¿destacaría por su relevancia?
Como controlamos toda la síntesis del bioplástico hacemos un hidrogel que ahora mismo lo estamos trabajando con l 'Hospital Vall d'Hebron para validar in vivo nuestro biomaterial para regeneración de cartílago y el tendón dentro del proyecto Misiones Bioprintia, que cuenta con un presupuesto de 5 millones.
¿Cómo lo hace?
Se ponen unos factores de crecimiento dentro de nuestro hidrogel con células madre del paciente y se imprime con la forma de fractura del cartílago. Pasados unos meses las células madre regeneran el tejido y el hidrogel se absorbe y desaparece. Estas terapias avanzadas celulares son lentas y muy novedosas para la actual regulación, pero vale la pena hacer el camino por el gran impacto que puede aportar. Es un proyecto único en el Estado que estamos validando con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).Esto puede ser revolucionario.
Este es nuestro reto. Nuestra idea es que el día de mañana si tienes un problema por ejemplo neuronal, te hagan una biopsia, generen tus células madre, las insertan en nuestro hidrogel dentro de un dispositivo llamado organdonde a chip y “entrenen” tu nuevo tejido dentro de este microambiente artificial hasta que esté listo para ser implantado de nuevo en tu cuerpo.
A día de hoy no se puede regenerar artificialmente el cerebro, pero si somos capaces de generar pequeños tejidos neuronales nuevos a través de tus células madre y entrenarlas mediante estímulos bioquímicos y físicos en un microambiente artificial, después sí que podremos implementarlas para recuperar la parte perdida.
Este es nuestro futuro. No tanto por hacer todo un órgano, que es extremadamente difícil, pero si una persona tiene un ictus cerebral, en el que pierde un pedazo de material biológico, nosotros podemos coger las células, cultivarlas e implantarlas en su tejido de nuevo. En el caso del cartílago, la idea es que a una persona con desgaste de cartílago se le haga una pequeña intervención con este hidrogel, se le regenere el cartílago con sus células y nuestro hidrogel acabe absorbido.
Para mí, un sueño de hace 5 años ahora es una realidad con este proyecto que trabajamos con el Vall d'Hebron.
¿Cuándo podremos verlo aplicado en humanos?
Llevamos 5 años, yo espero que dentro de un lustro a más tardar esté en el mercado. Las tecnologías son cada vez más eficientes y nos ayudan para dar garantías y acortar el tiempo para su validación. Por término medio un biomaterial biomédico, para que esté correctamente validado, tarda unos 10-12 años si todo va bien. Espero ver el impacto de nuestros biomaterial en la regeneración de tejidos humanos durante 2026 o 2027. En el sector de la cosmética mucho antes.
Dónde ¿más aplica este hidrogel?
Toda esta tecnología de vanguardia que hemos desarrollado por el sector biomédico la estamos llevando a otro sector donde la regulación es mucho más plana: la agricultura.
En formato bioplástico hemos creado unos dispositivos biodegradables que utilizan nuestros hidrogeles para liberar de forma controlada fitosanitarios durante el tiempo del cultivo , ayudando a mitigar o eliminar el impacto de las plagas de forma sostenible, mediante la lucha integrada, utilizando elementos naturales como las feromonas, bacterias, hongos, etc. que aporten valor. O la liberación de una forma controlada y dirigida de cargas bioactivas para hacer cultivos más eficientes y ecológicos.
¿Esto es ya una realidad?
Lo hemos estado presentando este mismo año a empresas del sector de la agricultura y ha tenido un muy buen recibimiento. Invertir en estos biomateriales se compensa reduciendo las pérdidas por las plagas u otros problemas del cultivo. Esperamos poder dar buenas noticias próximamente.
En 2021 DAN*NA fue reconocida entre las cinco mejores empresas emergentes del mundo que desarrollan plásticos sostenibles. ¿Cómo recibió este reconocimiento?
Estuvimos 3 años sin explicar a los medios de comunicación lo que estábamos haciendo, principalmente porque no lo teníamos claro . Todo era muy complicado, pero una vez vimos los resultados, decidimos explicar lo que hacemos. Fue una sorpresa, pero el año pasado salimos entre las cinco mejores empresas delmundo, entre más de 300, en tecnología de bioplásticos y esto nos ha dado bastante eco. Pero de todos me quedo con la entrevista de Bunsiness Insider, que nos situaron como la start-up que puede cambiar el mundo. Si lo dicen ellos pues yo me lo creo.
Nació en 2017 y ya cuenta con un equipo de 12 personas.
Ahora somos unas 12 personas, de las cuales seis son doctores en química, en microelectrónica y bioingeniería. La empresa ha ido muy bien y ahora estamos autofinanciados sin inversos gracias a proyectos públicos y privados tanto nacionales como internacionales. En 4 años hemos levantado más de 2 millones de euros a fondo perdido, hemos conseguido una patente ya otorgada y tenemos dos en camino, tenemos oficinas comerciales en Suecia con un socio (Akira science), en Madrid de la mano de nuestro comercial Rafael Becedas, y ahora estamos iniciando relaciones para abrir una sede en Houston que nos permitirá estar cerca del Texas Medical Center y de los futuros inversores.
¿Cuáles son sus expectativas de crecimiento a nivel empresarial?
La prioridad es entrar en el sector de la agricultura y desarrollar la parte comercial en este sector y en paralelo debemos seguir creciendo con el volumen de producción hacia un modelo industrial.
De hecho ahora estamos buscando socios industriales porque que nos ayuden a industrializar la producción de nuestros bioplásticos. Este año ya hemos iniciado la producción del escalado con una producción de 100 kg al mes de biomateriales. De cara al 2023 queremos iniciar una planta piloto industrial pequeña, por la que se necesitan unos siete millones de euros para los próximos 3 años.
¿Y ya tiene algún contacto avanzado?
No todavía, no suele ser fácil encontrar un socio con una visión a largo plazo, estamos hablando con una empresa muy importante del sector petroquímico que encaja muy bien con nuestras necesidades, pero todavía no hay nada, y también estamos valorando fondos de inversión de nuestro sector.
¿En qué punto diría que está el desarrollo de bioplásticos y biomateriales? ¿Es todavía modesta o va en aumento?
A día de hoy se producen cerca de 400 millones de toneladas de plástico; el bioplástico no llega al 1%. Esto significa que queda un mercado potencial enorme, que hay mucho por crecer, pero también significa que el bioplástico necesita crecer en volumen para ser competitivo en economía de escala. No hay suficiente volumen industrial en el mundo para que sea competitivo a nivel de precios. Deberíamos pasar del 25% y quedan muchos años por este objetivo.
La ventaja es que las grandes empresas industriales que ya trabajan con bioplástico ya tienen este conocimiento y están ahora ampliando las fábricas. Sobre todo en Asia, donde están invirtiendo mucho en plantas industriales. En 2024 estas nuevas plantas entrarán en producción y yo creo que ya estaremos cerca del 1,5%, que es muchísimo.
Pero hasta qué punto Qué es una cuestión de salud pública? El plástico está tan presente en nuestras vidas que incluso lo ingerimos.
Según WWF, cada semana ingerimos un volumen de 5 gramos de plástico, equivalente a una tarjeta de plástico. ¡Cada semana! El plástico está en el agua, en la comida, en la ropa... En todas partes. Es un problema como bien dicesde salud. El problema es que hay unos lobbies detrás. Está controlado por las grandes empresas y grandes grupos, también públicos. Pero poco a poco estamos yendo. No es una moda, es una transición. Es un viaje a largo plazo porque estamos hablando de materiales muy avanzados e integrados en nuestra sociedad.
¿El plástico va a desaparecer?
El problema del plástico, aparte del impacto negativo en la salud y el medio ambiente, es el uso que hacemos y que no hay suficiente petróleo para la creciente demanda de nuestra sociedad. En estos momentos no tenemos una alternativa ni a medio, ni a largo plazo. En menos de 100 años el plástico ha transformado nuestra sociedad y nos ha ayudado a evolucionar como civilización (hay que recordar que también salva vidas, en el sector de la salud, por ejemplo).
¿Cómo cree que evolucionarán estos materiales en los próximos años?
Tengo claro que en el futuro les materiales serán poliméricos principalmente, mucho más que ahora. El reto es que no pueden ser de origen fósil por el CO2, por los microplásticos y porque no hay petróleo suficiente. Para llegar a dar una oferta adecuada existen otros polímeros que se pueden obtener de fuentes renovables; ahora no son competitivos, pero lo serán.
Creo que el futuro del plástico evolucionará hacia un plástico más sostenible, junto con su modelo de uso y producción . Aparecerán nuevos plásticos compuestos con biobasados de fuentes renovables derivadas por ejemplo de los residuos vegetales o bioproductos de otras fuentes. Sin lugar a dudas el mundo avanza aunque ahora parezca complicado, y el plástico también mejorará en todos los sentidos.
Tiene más de 20 años de experiencia en la gestión de proyectos tecnológicos. ¿En qué cree que ayuda el Clúster?
Para mí lo más importante del Clúster es la gran variedad de empresas que hay en él ha a todos los niveles. Se generan muchas sinergias entre las empresas, aprendemos unas de otras. Una multinacional no tiene la flexibilidad de una empresa emergente y ésta no tiene la cultura o la metodología de una multinacional. A mí Clúster me sirve porque puedo compartir mi experiencia en sostenibilidad en bioplásticos con empresas que tienen otro enfoque.
El principal activo que tiene Clúster es esta variedad de tejidos diferentes (tecnológicos, culturales, de mercado de negocio, empresas públicas, privadas, mixtas...) y esto para mí es muy importante porque me permite centralizar toda esa información en una sola reunión. Es una forma de compartir experiencia y puntos de vista. Luego está también el tema de sinergias de negocio, porque al final las otras empresas son clientes potenciales.
Desde el Clúster MAV trabajamos intensamente para ofrecer una propuesta de valor diferencial a nuestros socios de acuerdo con nuestros valores: compromiso, excelencia, colaboración, implicación, calidad y confianza.
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